miércoles, 19 de junio de 2013

Prohibido resignarse ante el racismo

Me cuesta creer que esté escribiendo esto en el año 2013. Tan listos, evolucionados y capaces de todo que nos creemos, y seguimos sin tratar a todas las personas por igual, con el mismo respeto. El racismo sigue estando muy presente en muchos países, en muchas ciudades, y como no, en muchos campos de fútbol. En estos campos se falta al respeto con total impunidad a una raza con seres tan buenos o malos, tan inteligentes o ignorantes, y tan especiales como cualquier otra.


Para justificar estas actitudes en los estadios, existen dos famosas frases, la primera: "Yo digo lo que quiero, que para eso he pagado mi entrada". Increíble que alguien piense que pagando un determinado precio, se pueda adoptar la actitud que desee contra cualquier persona que forma parte del espectáculo que es un partido de fútbol. Y la segunda: "Con lo que cobran, tendrían que aguantar esos insultos y mucho más". Más increíble todavía que alguien piense que el respeto que uno merece va en función de sus ingresos.

Yo, apoyo 100% actitudes como las de Eto'o y Boateng, negándose a hacer oídos sordos a lo que tienen que escuchar en muchos estadios. Además, si las autoridades no toman medidas, normal que los propios afectados muestren su disconformidad.

Le daría menos importancia a estos hechos si provinieran exclusivamente de los aficionados extremistas que tienen casi todos los equipos. Pero no es así, son también padres con sus hijos los que lo hacen, esas personas que en el día a día parecen racionales, pero que muestran su ignorancia mediante el insulto o el menosprecio contra un jugador adversario, ya sea porque les cae mal, porque le hace un gol a su equipo o porque comete una falta sobre uno de sus jugadores.

Existen formas de pararlo, solo hay que ser justos y valientes. En vez de multar al conductor que aparca pisando un paso de peatones por tres centímetros, que las autoridades aprovechan las decenas de cámaras que graban a los aficionados, y multen así a ese hombre que llama 'Negro de mierda' a un jugador con su hijo al lado, aprendiendo lo que parece ser el "espíritu competitivo" de su padre.

Estoy seguro que se acabaría o al menos disminuirían los bochornosos momentos que se viven cada fin de semana en los estadios de fútbol de España.





Sígueme en twitter: @balon_lineas

No hay comentarios:

Publicar un comentario