miércoles, 18 de septiembre de 2013

La vida sigue igual con Carlo

Primer mes de competición, tiempo suficiente para sacar algunas conclusiones de la evolución (o no) del Real Madrid de Ancelotti. La principal premisa con la que Carlo iniciaba su andadura en el club era la de dar espectáculo, cambiar la idea que se tenía del Madrid: un equipo bien armado atrás y con un contragolpe mortal, pero con carencias a la hora de atacar a un rival que defendiera cerca de su área.


Para mejorar esto último, han llegado Isco e Illaramendi. Además se ha consolidado a Modric como mediocentro. No obstante, se confirma aquello de que no son los jugadores, es la forma de hacerlos jugar lo que puede cambiar un estilo, aunque evidentemente con Bale y Cristiano es más difícil jugar al toque que con Messi, Iniesta y compañía. Pero que sea más complicado no lo hace imposible. No es que haya que jugar como el Barça, pero sí se debe  evitar que tener la posesión ante un equipo encerrado, provoque al equipo mostrar una inoperancia que ha llegada a sonrojar a los propios madridistas.

Mucha gente dice: 'Hay que abrirse, hay que hacer el campo grande en ataque'. Correcto. Pero con matices, el equipo debe abrirse a la ancho, pero no a lo largo. Casualmente, cuando vemos el Barça nos parece que cada jugador poseedor del balón, tiene dos o tres líneas de pase más o menos claras. Con el Madrid, todo lo contrario, jugadores demasiado distanciados que dificulta la asociación entre ellos. Además, la recuperación rápida de balón tras su pérdida es menos efectiva, ya que los jugadores deben hacer demasiados metros para poder presionar en bloque, por ello vemos un Madrid que casi siempre acaba defendiendo en su propio campo ante la imposibilidad de recuperar rápido el balón. 

Por suerte, queda muchísimo por disputar y por hacer. Tiempo para mejorar y pulir defectos de un equipo que, hasta el momento, no ha plasmado sobre el campo la inversión económica que ha significado este proyecto.